[*sigh* puerto rico siempre ha sido y será mi casa no importa donde esté. estas semana habitar mi casa ha sido tratar de estar presente mientras el gobierno legaliza discriminar contra las personas y comunidades cuir y pa’ colmo sufrirlo con una calocha cabrona gracias a LUMA.]
este escrito quería salir antes, pero no se pudo porque no había luz.
aquí van algunas reflexiones sobre sentirme en casa con ningún fin en particular. o ahora que lo escribo, a lo mejor, con el fin de que sigamos encontrando maneras de sentirnos en casa y ser casa para quienes amamos. particularmente ahora, donde insisten en quitarnos hasta lo que no tiene precio.
no sé si son los eclipses y los retrógrados, el fascismo imperante, las miles de mudanzas o los treinta o probablemente un poquito de todas las anteriores. pero para mí, estos últimos meses han sido de redefinir lo que significa sentirme en casa. la casa como estructura, como cuerpa y como sensación provocada cuando une se siente segure, amade y sin máscaras.
el tema de sentirme en casa ha vivido rent free en mi mente desde hace mucho (creo que lo he dicho varias veces por aquí). y estos últimos meses la necesidad de resignificar la casa se volvió inminente. desde enero muchos planes se fueron a la mierda, mientras otros se nombraron urgentes. movimientos de casas-mudanzas. todas pasando fuera de mi control, de mis tiempos y ritmos.
hay cosas-casas que cupieron en cajas y maletas. otras que encontraron otro hogar. y hay algunas cosas-personas-hogar que conjugaron no ser más mi casa. de más está decir que tuve que volver a terapia después de pal de meses de alta.
bear with me mientras organizo mis pensamientos en pleno burnt out era. yo soy une sagitariane de diciembre y desde que tengo uso de razón la curiosidad ha matao pa’l de gatos. desde peque soñaba con hacer muchas cosas cuando fuera “grande” y recuerdo vivamente la sensación de querer viajar el mundo, conocer nuevos lugares y personas. la verdad no sé de dónde salía la curiosidad. mi familia no necesariamente era de viajar, así sea por falta de tiempo, dinero o simplemente no era una prioridad para ninguno de mis cuidadores. pero yo…yo soñaba con vivir en distintos lugares y escribir sobre ellos. recuerdo también pensar con certeza que siempre iba a poder volver a mi casa en puerto rico. fast forward, aunque me falta mucho por conocer he priorizado mucho mi curiosidad a moverme y inevitablemente mudarme. en el camino, me ha tocado redefinir lo que significa estar en casa.
“El Índice de Vivienda Asequible de Estudios Técnicos reveló que los consumidores tienen solo el 61% del ingreso necesario para adquirir una propiedad en la isla.”1
“Cada vez más difícil para los puertorriqueños comprar una casa”2
“Una pesadilla para los puertorriqueños conseguir hogar, mientras otros acaparan propiedades”3
“Casi imposible para los jóvenes adquirir viviendas en el mercado actual en Puerto Rico.”4
estos son solo algunos de los titulares sobre la situación de vivienda en puerto rico en los últimos años, particularmente para les puertorriqueñes y locales. hablar de sentirme en casa también implica doler a mi país y hacer todo para poder vivirlo.
hace un tiempo les pregunté por los stories de @multiane qué cosas les hacen sentir “en casa”. hay diversas maneras de definir, de/construir, remodelar y habitar la casa. estas fueron algunas de sus contestaciones:
gracias a ustedes no me sentí tan sole afirmando(me) que hay muchas maneras de habitar la casa, como hay muchas maneras de sentirnos desplazados de ella.
según la búsqueda más rápida en el internet, casa se define como un “edificio para habitar”. pero hace tiempo que no le hacemos caso a las definiciones que nos impusieron. así que, estoy hablando de la casa como estructura física que habito y también como sensaciones, emociones, momentos y personas. esta definición también me viene al ver sus contestaciones, las cuales definen sentirse casa como sensaciones, olores, personas, comidas y algunas veces un espacio en particular.
mis xadres se divorciaron cuando yo tenía cinco años, lo que automáticamente me hizo habitarme entre más de una casa. y antes de eso, mami, papi y yo vivíamos arriba de casa de mi abuela materna. mi cuerpa fue mi primer territorio, pero la casa de abita fue mi primer hogar. sus tostones rellenos de jamonilla guisá, su café con queso e’ papa, el bacalao con viandas, las siestas en la hamaca del patio. sus abrazos y las historias del campo. sus novelas y sus novenarios se volvieron los míos, los nuestros.
cuando me di cuenta que este año tocaba una triple mudanza en menos de seis meses, me dio con recordar todos los sitios donde había vivido desde que nací. solo de uno no tengo memoria. fue un apartamento en bayamón que mis xadres alquilaron cuando se casaron.
me fui en ese viaje de recordar todas las casas donde he vivido en los últimos 33 años.
hay casas hogar y casas por temporadas. las últimas no son menos importantes, si no que tienen otros propósitos. si nos ponemos a contar en el sentido literal de la palabra, he vivido en 11 casas a lo largo de mi vida. primero pensé que eran 10 porque se me olvidó contar unos cuatro meses que viví en girona. que técnicamente fue poco tiempo, pero allí se hizo mucho hogar, así que decidí contarlo. bayamón, caguas, hato rey, girona, río piedras, los angeles, trujillo alto.
¿en cuántas maletas caben 33 años en esta vida?
si hay algo que he tenido que practicar en los últimos años ha sido todas las diversas maneras en que puedo sentirme en casa y habitarme como un hogar. casa es mi cuerpa cuando le hago caso y encuerpo los días. es el cafecito hecho en greca con lavanda por las mañanas. y el orgasmo en el que termino llorando y ni sé por qué. casa es comer con quienes amo y es donde está mi ropa favorita (la que me hace sentir eufórique), mis chokers y mi skincare. son los espacios donde me dejo tomar siestas y caminar descalza. casa es donde mami cuida a abuela y titi siempre le llega. son personas que me han visto y se han quedado.
casa son mis rituales y conjuros. donde me quito la ropa al instante de entrar por la puerta. en mi escritorio-casa puedo escribir, escribir. escribir.
en fin, casa es donde me muestro complete, donde fallo y no se acaba el mundo y donde me aman siendo un animal-monstruo-humano en todas sus estaciones. la lista sigue y es particular para cada une. aunque podemos estar de acuerdo en que sentirse en casa puede verse de muchas maneras y que muchas veces es un sentimiento al que podemos acceder más allá de donde estemos físicamente.
en estos tiempos que se sienten el fin del mundo es importante identificar los espacios, personas y experiencias que nos hacen sentir en casa. no para escapar y olvidarnos de lo que estamos viviendo, sino para recargar, imaginar y descansar y seguir resistiendo y creando nuestros multimundos.
así que– ¿qué cosas te hacen sentir en casa? ¿cómo nos hacemos casa? ¿cómo co-construimos casas?
en placer y resistencia,
-a.
Insuficientes los ingresos de los puertorriqueños para comprar una casa, El Nuevo Día (3 de marzo de 2025).
Cada vez más difícil para los puertorriqueños comprar una casa, Noticel (1 de septiembre de 2023).
Una pesadilla para los puertorriqueños conseguir hogar, mientras otros acaparan propiedades, Centro de Periodismo Investigativo (19 de diciembre 2022).
Casi imposible para los jóvenes adquirir viviendas en el mercado actual en Puerto Rico, Metro (15 de febrero 2024)
Leer esto fue un abrazo al cora ❤️🩹 me quedaré meditando sobre esto de sentirse en casa 🥹 graciasss
Gracias por compartirte. Me sentí acompañada.